FARMACIA NATURAL II

HIGOS

   Los higos son un excelente remedio para la bronquitis. Se hierven a fuego lento unos 150 gr de esta deliciosa fruta en un litro de agua. Cuando se han ablandado,dejamos enfriar el caldo y lo tomamos varias veces a lo largo del día, también podemos comernos los higos cocidos que son un excelente digestivo.



ÁRBOL DE GINKGO

   Para mejorar el riego sanguíneo, el mejor remedio consiste en tomar todos los días a la mañana una infusión de ginkgo biloba. Es suficiente una cucharadita de la planta por taza, aunque podemos obtenerla en farmacias y herbolarios en forma de grageas ó tinturas.


LAVANDA
   La lavanda resulta milagrosa para el estrés, simplemente tomando una infusión de sus hojas y flores antes de cada comida. Para prepararla bastan un par de cucharaditas por taza.

  También pueden utilizarse los aceites esenciales de esta planta para prepararnos un reconfortante baño relajante.


SALICARIA
 
   La Salicaria es un poderoso astringente, por lo tanto resulta excelente para tratar la colitis, ya sea crónica ó hemorragica.

   Puede también utilizarse en el lavado del cabello, pues regula la grasa,tonifica la piel escamada, e impide que se generen infecciones por la seborrea.

    Cocida ayuda a regular el exceso de sudoración en manos y pies. Sus propiedades antisépticas y cicatrizantes, la hacen adecuada para tratar cualquier problema en la piel, dermatitis y heridas.


    Para cuidar las manos maltratadas por el agua y el trabajo domestico podemos preparar un bálsamo casero; necesitaremos:
- 50 gr de cera de abeja,
-250 de aceite de almendras,
-30 gr de manteca de cacao
 Y tan sólo unas gotitas de los siguientes aceites esenciales, (elegir dos de ellos) Tomillo, romero, lavanda ó salvia.

   En un recipiente adecuado, con cierre hermético,introducimos la cera y la manteca de cacao , (ambas diluidas previamente en un poco de agua). Añadimos después el aceite de almendras dulces, y con el recipiente bien cerrado, ponemos todo a calentar al baño maría hasta que se disuelva.

   Abrimos y le añadimos los aceites esenciales que hemos elegido antes de removerlo bien y verterlo en moldes pequeños, para tres ó cuatro aplicaciones. Lo dejamos enfriar y luego para conservarlo lo metemos en la nevera.

   Para aplicarlo sobre las manos debemos procurar extenderlo de forma uniforme, en poca cantidad, y dejar que seque bien antes de tocar cualquier objeto.



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